Oceanía
aporta apenas el 1% de la producción mundial total, por lo que no resulta un
continente de mucho peso en la materia. Australia y Nueva Zelanda poseen
economías diversificadas, con una fuerte presencia del área de servicios y del
sector primario (producción), ya que entre ambos países acumulan el 40% del
ganado ovino mundial.
Australia
y Nueva Guinea, poseen importantes yacimientos mineros que le permiten una
industria pesada y de los metales, mientras que Nueva Zelanda aprovecha sus
lagos para la generación de energía hidroeléctrica, impulsando así su
industrialización. Estos países poseen considerable influencia en los mercados
asiáticos.
Las
islas del pacífico, en cambio, subsisten más que nada del turismo y de la
pesca.
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